¿Este pasaje de Santiago nos enseña que las obras son un componente necesario para la salvación?
Muchos
responderían que Santiago no está diciendo que las obras son
un requerimiento necesario para la salvación, pero
un resultado necesario de la salvación. Otros objetarían que esto
sigue haciendo que la salvación dependa de las obras. ¿Cómo se puede
reconciliar este pasaje con la salvación sólo por gracia que nos enseña Pablo
en Ro 3-5 y Ef 2? Veamos las
siguientes observaciones:
Existen
todas las indicaciones de que los lectores eran Cristianos. Ellos nacieron de
arriba (1:18), poseen la fe en
Cristo (2:1), y se llaman hermanos (1:2, 1:19; 2:1, 2:14; 3:1; 4:11; 5:7, 5:10, 5:12, 5:19).
El
hipotético 'alguno' de 2:14 se identifica como 'no de vosotros' en 2:16. Santiago supone que hay individuos entre sus lectores Cristianos
que tienen fe sin obras.
El
contexto está encerrado por el tema del juicio (2:13; 3:1). El único juicio para los Cristianos es el Tribunal de
Cristo, que está basado en las obras del creyente o en la falta de estas (1 Cor 3:13; 2 Cor 5:10). Esto se ajusta exactamente a la
preocupación de Santiago.
La
palabra 'salvar' la utilizan los Cristianos comúnmente cuando son librados de
algún problema (1 Cor 5:5) Santiago utiliza
esta palabra para el posible destino de un Cristiano en 1:21; 5:15, 5:20. Y la usa en 2:14-26 para referirse a un Cristiano que es
librado del indeseable destino de que se quemen sus obras en el Tribunal de
Cristo (1 Cor 3:12-15) y perder sus
recompensas (2 Jn 7-8). Por eso el
provecho del que habla Santiago no es la salvación, sino las ventajas
acumuladas en esta vida y la siguiente.
Santiago
no está preocupado con la realidad de la fe de sus lectores, sino con
la calidad (1:3, 1:6; 2:1; 5:15) y la utilidad (1:12, 1:26; 2:14, 2:16, 2:20) de su fe. Santiago no está diciendo que la fe se va a
manifestar a sí misma con obras, pero que sin obras la fe es inútil o sin
provecho en esta vida y la siguiente. El mayor deseo de Stg es que los lectores
se conviertan en 'hacedores de la Palabra' (1:22) que es lo mismo que 'hacedores de obras' para ser
'bienaventurado en lo que hace' (1:25). Por ejemplo, la fe que persevera en los problemas
obtendrá una recompensa de Dios (1:3-12); y la fe que es misericordiosa hacia otros recibe la
misericordia de Dios en el Tribunal de Cristo (2:8-13). Pero la fe que no trabaja es "inútil" para
recibir estas bendiciones e 'inútil' para ayudar a otros (1:26; 2:20). Por lo tanto, la palabra 'muerta' debe entenderse
como 'nútil' o 'infructuosa' en lugar de 'no-existente'.
En 2:19 la fe de los demonios también demuestra la
inutilidad de la fe sin obras. Su fe no los puede salvar de ninguna manera,
porque es sólo una fe monoteísta, no una fe en Jesucristo. El punto de esta
mención es porque ellos 'sólo' tiemblan, ellos no hacen ninguna buena
obra para aliviar su terrible juicio. Su fe es inútil para ellos.
Muchos
reconocen que cuando Santiago habla de ser 'justificados por obras' (2:21, 2:24, 2:25) Él no está hablando de justificación imputada que nos
salva eternamente como la usa Pablo (Ro 3:24; 4:5). Esto sería contradictorio en la
Biblia. Santiago está hablando de una vindicación delante de los demás. Pablo
reconoce este uso de la palabra 'justificación' en Ro 4:2. Existen dos tipos de justificación en la Biblia. Una
relacionada con la justicia práctica que nos vindica delante de las personas.
La otra relacionada con la justicia judicial que nos vindica delante de Dios.
Santiago obviamente usa el sentido práctico porque Abraham fue justificado
judicialmente en Gn 15:6 (2:23) antes de que ofreciera a Isaac en Génesis 22 (2:21). Su vindicación delante de los demás se ve cuando ellos
le llaman 'amigo de Dios' (2:23). Por lo tanto, la fe de Abraham se hizo 'perfecta' o
maduró al ser demostrada (2:22)
En 2:26 Santiago no está diciendo que la fe fortalece
las obras, pero que las obras fortalecen la fe. Son las obras que hacen
que la fe sea útil, así como el espíritu hace que el cuerpo sea útil. El
problema no es si la persona tiene fe o no, sino cómo puede hacer que la fe le
aproveche o que le sea útil al Cristiano.
Contraste con la enseñanza de Pablo sobre la
salvación por la fe aparte de las obras
La
enseñanza de Pablo sobre la salvación por la fe aparte de las obras
Esta
es tal vez la pregunta más importante en toda la teología cristiana. Esta
pregunta es la razón de la Reforma – la división entre la iglesia protestante y
la iglesia católica. Esta pregunta es una diferencia clave entre el
cristianismo Bíblico y la mayoría de las sectas que profesan ser
"cristianas". ¿Es la salvación por fe solamente, o por fe más las
obras? ¿Soy salvo solamente creyendo en Jesús, o tengo que creer en Jesús y
hacer ciertas cosas?
El asunto de la fe sola o de la fe más obras, se ha hecho difícil a causa de
algunos pasajes de la biblia difíciles de conciliar. Compare Romanos 3:28, 5:1
y Gálatas 3:24 con Santiago 2:24. Algunos ven una diferencia entre Pablo (la
salvación es por fe solamente) y Santiago (la salvación es por fe más obras).
Pablo dogmáticamente dice que la justificación es por fe solamente (Efesios
2:8-9), mientras que Santiago parece estar diciendo que la justificación es por
fe más obras. Este aparente problema se resuelve al examinar correctamente lo
que Santiago estaba hablando. Santiago está refutando la creencia de que una
persona pueda tener fe sin producir ninguna buena obra (Santiago 2:17-18).
Santiago enfatiza el punto de que la fe genuina en Cristo va a producir una
vida cambiada y buenas obras (Santiago 2:20-26). Santiago no está diciendo que
la justificación es por fe más obras, sino que más bien una persona
verdaderamente justificada por fe, va a tener buenas obras en su vida. Si una
persona afirma ser un creyente, pero no tiene buenas obras en su vida –
entonces es probable que no tenga una fe genuina en Cristo (Santiago 2:14, 17,
20, 26).
Pablo dice lo mismo en sus escritos. Los buenos frutos que los creyentes
deberían tener en su vida, se mencionan en Gálatas 5:22-23. Inmediatamente
después de decirnos que somos salvos por fe y no por obras (Efesios 2:8-9),
Pablo nos informa que fuimos creados para hacer buenas obras (Efesios 2:10).
Tanto Pablo como Santiago esperan una vida cambiada, "¡De modo que si
alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí
todas son hechas nuevas!" (2ª Corintios 5:17). Santiago y Pablo no
discrepan en su enseñanza sobre la salvación. Ellos se acercan al mismo asunto
desde diferentes perspectivas. Pablo simplemente enfatizó que la justificación
es solamente por fe, mientras Santiago pone énfasis en el hecho de que la fe en
Cristo produce buenas obras.
¿Contradice Santiago
a Pablo?
¿De
qué sirve, hermanos míos, si alguno dice que tiene fe, pero no tiene obras?
¿Acaso puede esa fe salvarle? Si un hermano o una hermana no tienen ropa y
carecen del sustento diario, y uno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y
saciaos, pero no les dais lo necesario para su cuerpo, ¿de qué sirve?
Así también la fe por sí misma, si no tiene obras, está muerta. Pero alguno
dirá: Tú tienes fe y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin las obras, y yo te
mostraré mi fe por mis obras. Tú crees que Dios es uno. Haces bien; también los
demonios creen, y tiemblan. Pero, ¿estás dispuesto a admitir, oh hombre vano,
que la fe sin obras es estéril? ¿No fue justificado por las obras Abraham
nuestro padre cuando ofreció a Isaac su hijo sobre el altar? Ya ves que la fe actuaba
juntamente con sus obras, y como resultado de las obras, la fe fue
perfeccionada; y se cumplió la Escritura que dice: Y Abraham creyo a Dios y le
fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios. Vosotros veis que el
hombre es justificado por las obras y no sólo por la fe. Y
de la misma manera, ¿no fue la ramera Rahab también justificada
por las obras cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro
camino? Porque así como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así
también la fe sin las obras está muerta
Romanos
3:27-4:5
¿Dónde
está, pues, la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿La de las obras? No,
sino por la ley de la fe. Porque concluimos que el hombre es justificado por la
fe aparte de las obras de la ley. ¿O es Dios el Dios de los judíos
solamente? ¿No es también el Dios de los gentiles? Sí, también de los
gentiles, porque en verdad Dios es uno, el cual justificará en
virtud de la fe a los circuncisos y por medio de la fe a los
incircuncisos. ¿Anulamos entonces la ley por medio de la fe? ¡De ningún modo!
Al contrario, confirmamos la ley. ¿Qué diremos, entonces, que halló Abraham,
nuestro padre según la carne? Porque si Abraham fue justificado por las obras,
tiene de qué jactarse, pero no para con Dios. Porque ¿qué dice la Escritura? Y
creyo Abraham a Dios, y le fue contado por justicia. Ahora bien, al que
trabaja, el salario no se le cuenta como favor, sino como deuda; mas al que no
trabaja, pero cree en aquel que justifica al impío, su fe se le cuenta por
justicia
Una contradicción
aparente entre Pablo y Santiago
Toda
esa introducción es simplemente para preparar el terreno a la aparente
contradicción existente entre Pablo y Santiago sobre la doctrina de la
justificación por fe.
La
semana pasada expuse los argumentos de Romanos 4:1-5 para la verdad de que
somos justificados sólo por fe, y no por obras. Ya lo puedes ver, por ejemplo,
en Romanos 3:28: “concluimos que el hombre es justificado por la fe aparte de
las obras de la ley”; y más específicamente en Romanos 4:5: “mas al que no trabaja,
pero cree en aquel que justifica al impío, su fe se le cuenta por justicia”. De
modo que el veredicto de Dios de no culpable y la imputación de su propia
justicia a nosotros, en Cristo Jesús, en el comienzo de nuestra vida cristiana,
es sólo por fe, sin nada más que nos recomiende a Dios. Confiamos en su gracia
gratuita para que nos perdone y nos absuelva, y nos considere como justos
debido a la obra de Cristo. Así es como comenzamos en la vida cristiana
-justificados sólo por fe.
Ahora,
ustedes han escuchado los versículos de Santiago que parecen contradecir esto.
Veámoslo de nuevo. Santiago 2:21, “¿No fue justificado por las obras Abraham
nuestro padre cuando ofreció a Isaac su hijo sobre el altar?”. Y Santiago 2:24,
“Vosotros veis que el hombre es justificado por las obras y no sólo
por la fe”. De modo que pueden ver que Santiago no solo dice que una
persona es justificada por las obras, sino que también niega que la
justificación sea sólo mediante la fe. Al menos utiliza palabras que,
enfrentándolas aisladas, parecen significar algo muy diferente a lo que dice
Pablo.
La palabra de Dios no
se contradice a sí misma
Nosotros
creemos que la Biblia está inspirada por Dios (2da a Timoteo 3:16). Es la
mismísima palabra de Dios, escrita. Por tanto, creemos que la Biblia es
verdadera y coherente, no nos enseña cosas que sean falsas, no se contradice a
sí misma. Creemos esto porque el propio Jesucristo se ha hecho real para
nosotros y ha demostrado ser el fidedigno Hijo de Dios. Él nos ha enseñado que
las Escrituras no pueden ser quebrantadas (Juan 19:35). Él nombró apóstoles
para que enseñaran a la iglesia, y prometió guiarlos a toda la verdad (Juan
16:13). Él nos ha dado su Espíritu para que sean abiertos nuestros ojos y
veamos la realidad por lo que es (1ra a los Corintios 2:14-15). Así, nosotros
hemos venido a recibir su Palabra como la mismísima Palabra de Dios (1
Tesalonicenses 2:13), libre de error y contradicción, porque Dios es verdadero
y no un Dios de confusión.
Santiago
está escrito para motivar a los cristianos a hacer buenas obras las cuales van
a hacer que su fe madure y que les aproveche a ellos y a otros.
No
hay contradicción entre Santiago y Pablo. Cuando Pablo habla de justificación
sólo por medio de la fe, él está hablando de la justicia judicial delante de
Dios. Cuando Santiago está hablando de la justificación por la fe con obras, él
está hablando de una justificación práctica que se demuestra delante de otras
personas. En Ro 3-5, Pablo está
explicando cómo obtener una nueva vida en Cristo. En Santiago, él está
explicando cómo hacer que se aproveche esa nueva vida.
Si
este pasaje se toma como para demostrar una salvación 'real' a través de las
obras, entonces inevitablemente las obras se convierten en algo necesario para
la salvación - una total contradicción con Ef 2:8-9. También, no
existe ninguna mención de un criterio de exactamente qué tipo o cuántas obras
verifican la salvación. Esto abre la puerta al subjetivismo y mina la base
objetiva de la garantía - la promesa de la Palabra de Dios de que todo el cree
en la obra de Cristo va a ser salvo.