Mostrando las entradas con la etiqueta justicia. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta justicia. Mostrar todas las entradas

Hay un León y le Busca


Hay un León y le Busca

Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como un león rugiente anda alrededor buscando a quien devorar;
1 Pedro 5.8

El diablo es tu enemigo. Él sabe que Dios le castigara eternamente en el infierno y él quiere llevar a muchos a sufrir con él. Satanás y sus ángeles (ayudantes) están ocupados cada minuto de cada día buscando almas que le dejaran tomar posesión y controlar sus pensamientos y acciones.

La fuerza y el rugir de un león asustan a sus víctimas. De la misma manera, el diablo trabaja en la debilidad de cada persona para asustarles a quien le obedezcan.

Le dice al borracho, “Tu sabes que no puedes dejar de tomar. ¿Por qué quieres deshacerte de esta tentación?
Al ladrón le dice ¿ves lo que te puedes robar sin que te prendan?
El diablo es un mentiroso y te enseñara a mentir y luego no pensarlo más. Te hará repetir un chisme o comenzar una historia no verídica con relación a otro.
Satanás te pregunta  ¿de verdad quieres ir a la iglesia? ¡Piensa en lo divertido que será ir al teatro o a las carreras!

Al recién convertido, le dice el diablo, las personas están burlándose de ti y diciendo cosas no ciertas de ti. ¿De verdad quieres continuar en este camino áspero?
Apocalipsis 21.8 dice, Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idolatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda. Esta es la recompensa del diablo y el lugar donde el lleva a todos que le sigan.

Lucas 19.10 dice, Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.  Dios es el único que posee más poder que Satanás. Él está buscando personas que le sirvan y él ha reparado un lugar maravilloso en el cielo donde sus seguidores irán después de la muerte. El apocalipsis habla de las muchas bendiciones que estarán para los que venzan al diablo por medio de aceptar la sangre de Jesús para remisión de sus pecados.


Cuídate del diablo. Él te anda buscando si dejes que su poder te asuste y si crees en sus mentiras, el llevara tu alma a la destrucción del infierno. 

El Juicio de los Creyentes




2ª. Co 5:10 Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o malo.

1ª. Tim 6:13, 1ª. Cor 6:9-11, Galatas 5:16-25, Col 3:1-10

La Biblia enseña que algún día los creyentes tendrán que rendir cuentas “ante el tribunal de Cristo”. Con respecto al juicio de los creyentes, se debe tener presente lo siguiente:

1)  A todo creyente se le someterá a juicio; no habrá excepción alguna.

(Ro 14:12; 1ª Co 3:12-15; 2ª Co 5:10; Ec 12:14).

2) Ese juicio ocurrirá cuando Cristo venga por su iglesia
(Jn 14:3; 1ª Ts 4:14-17).

3) El juez es Cristo
(Jn 5:22; 2ª Ti 4:8).

4) La Biblia habla del juicio del creyente como algo serio y solemne, sobre todo en vista de que incluye la posibilidad de daño o “pérdida” (1ª Co 3:15: 2ª Jn 8), de ser avergonzado delante de Él “en su venida” (1ª Jn 2:28) y de que se queme la obra de toda la vida (1ª Co 3:13-15). Sin embargo, en el juicio del creyente Dios no dicta una sentencia condenatoria.

5) Todo se pondrá de manifiesto. El verbo “comparecer” (gr. Faneroo, 2ª Co 5:10) significa: “ser revelado abierta o públicamente”. Dios examinará y sacará a la luz, en su verdadera realidad:
     (a) Los actos secretos (Mr 4:22; Ro 2:16)
     (b)El carácter (Ro 2:5-11),
     (c) Las palabras (Mt 12:36-37)
     (d) Las buenas acciones (Ef 6-8)
     (e) Las actitudes (Mt 5:22)
     (f) Los motivos (1ª Co 4:5)
     (g) La falta de amor (Col 3:18─4:1)
     (h) La obra y el servicio de los creyentes (1ª Co 3:13).

6) En resumen, los creyentes tendrán que dar cuenta de su fidelidad o infidelidad a Dios (Mt 25:21,23; 1ª Co 4:2-5) y de sus acciones a la luz de la gracia, la oportunidad y la comprensión que se les haya dado (Lc 12:48: Jn 5:24; Ro 8:11).


8) Los resultados específicos del juicio del creyente serán diversos. Habrá confianza o vergüenza (1ª Jn 2:28), aprobación divina (Mt 25:21), tareas y autoridad (Mt 25:14-30), posición (Mt 5:19; 19:30), recompensas (1ª Co 3:12-24; Fil 3:14; 2ªTi 4:8) y honor (Ro 2:10; cf. 1ª P 1:7). 

9) El juicio inminente de los creyentes debe perfeccionar en ellos el temor del Señor (2ª Co 5:11; Fil 2:12; 1ª P 1:17) y hacer que tengan la mente despejada y dominio propio, que velen y oren (1ª P 4:5,7), que lleven una vida santa y piadosa (2ª P 3:11), y que sean compasivos y bondadosos con todos (Mt 5:7; cf. 2ª Ti 1:16-18). 
8) Los resultados específicos del juicio del creyente serán diversos. Habrá confianza o vergüenza (1ª Jn 2:28), aprobación divina (Mt 25:21), tareas y autoridad (Mt 25:14-30), posición (Mt 5:19; 19:30), recompensas (1ª Co 3:12-24; Fil 3:14; 2ªTi 4:8) y honor (Ro 2:10; cf. 1ª P 1:7). 

9) El juicio inminente de los creyentes debe perfeccionar en ellos el temor del Señor (2ª Co 5:11; Fil 2:12; 1ª P 1:17) y hacer que tengan la mente despejada y dominio propio, que velen y oren (1ª P 4:5,7), que lleven una vida santa y piadosa (2ª P 3:11), y que sean compasivos y bondadosos con todos (Mt 5:7; cf. 2ª Ti 1:16-18). 
9) El juicio inminente de los creyentes debe perfeccionar en ellos el temor del Señor (2ª Co 5:11; Fil 2:12; 1ª P 1:17) y hacer que tengan la mente despejada y dominio propio, que velen y oren (1ª P 4:5,7), que lleven una vida santa y piadosa (2ª P 3:11), y que sean compasivos y bondadosos con todos (Mt 5:7; cf. 2ª Ti 1:16-18). 
9) El juicio inminente de los creyentes debe perfeccionar en ellos el temor del Señor (2ª Co 5:11; Fil 2:12; 1ª P 1:17) y hacer que tengan la mente despejada y dominio propio, que velen y oren (1ª P 4:5,7), que lleven una vida santa y piadosa (2ª P 3:11), y que sean compasivos y bondadosos con todos (Mt 5:7; cf. 2ª Ti 1:16-18). 

7) Las malas acciones del creyente, cuando se ha arrepentido de ellas, son perdonadas con respecto al castigo eterno (Ro 8:1), pero todavía se toman en cuenta al ser juzgadas para recompensa: “Mas el que hace justicia, recibirá la injusticia que hiciere” (Col 3:25; cf. Ec 12:14; 1ª Co 3:5; 2ª Co 5:10). Dios recuerda y recompensa las buenas acciones y el amor del creyente (Heb 6:10): “Sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése recibirá del Señor” (Ef 6:8).