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La Relación entre la Fe y las Obras en la Salvación

 Introducción

La relación entre la fe y las obras en la salvación es un tema fundamental en la teología cristiana. Mientras que algunos enfatizan la importancia de la fe sola para la salvación, otros destacan la necesidad de las obras como evidencia de una fe genuina. En este artículo, exploraremos la relación entre la fe y las obras en la salvación y cómo se relacionan en la vida del creyente.


¿Este pasaje de Santiago nos enseña que las obras son un componente necesario para la salvación?

Muchos responderían que Santiago no está diciendo que las obras son un requerimiento necesario para la salvación, pero un resultado necesario de la salvación. Otros objetarían que esto sigue haciendo que la salvación dependa de las obras. ¿Cómo se puede reconciliar este pasaje con la salvación sólo por gracia que nos enseña Pablo en Ro 3-5 y Ef 2? Veamos las siguientes observaciones:

Existen todas las indicaciones de que los lectores eran Cristianos. Ellos nacieron de arriba (1:18), poseen la fe en Cristo (2:1), y se llaman hermanos (1:21:192:12:143:14:115:75:105:125:19).

El hipotético 'alguno' de 2:14 se identifica como 'no de vosotros' en 2:16. Santiago supone que hay individuos entre sus lectores Cristianos que tienen fe sin obras.

El contexto está encerrado por el tema del juicio (2:133:1). El único juicio para los Cristianos es el Tribunal de Cristo, que está basado en las obras del creyente o en la falta de estas (1 Cor 3:132 Cor 5:10). Esto se ajusta exactamente a la preocupación de Santiago.

La palabra 'salvar' la utilizan los Cristianos comúnmente cuando son librados de algún problema (1 Cor 5:5) Santiago utiliza esta palabra para el posible destino de un Cristiano en 1:215:155:20. Y la usa en 2:14-26 para referirse a un Cristiano que es librado del indeseable destino de que se quemen sus obras en el Tribunal de Cristo (1 Cor 3:12-15) y perder sus recompensas (2 Jn 7-8). Por eso el provecho del que habla Santiago no es la salvación, sino las ventajas acumuladas en esta vida y la siguiente.

Santiago no está preocupado con la realidad de la fe de sus lectores, sino con la calidad (1:31:62:15:15) y la utilidad (1:121:262:142:162:20) de su fe. Santiago no está diciendo que la fe se va a manifestar a sí misma con obras, pero que sin obras la fe es inútil o sin provecho en esta vida y la siguiente. El mayor deseo de Stg es que los lectores se conviertan en 'hacedores de la Palabra' (1:22) que es lo mismo que 'hacedores de obras' para ser 'bienaventurado en lo que hace' (1:25). Por ejemplo, la fe que persevera en los problemas obtendrá una recompensa de Dios (1:3-12); y la fe que es misericordiosa hacia otros recibe la misericordia de Dios en el Tribunal de Cristo (2:8-13). Pero la fe que no trabaja es "inútil" para recibir estas bendiciones e 'inútil' para ayudar a otros (1:262:20). Por lo tanto, la palabra 'muerta' debe entenderse como 'nútil' o 'infructuosa' en lugar de 'no-existente'.

En 2:19 la fe de los demonios también demuestra la inutilidad de la fe sin obras. Su fe no los puede salvar de ninguna manera, porque es sólo una fe monoteísta, no una fe en Jesucristo. El punto de esta mención es porque ellos 'sólo' tiemblan, ellos no hacen ninguna buena obra para aliviar su terrible juicio. Su fe es inútil para ellos.

Muchos reconocen que cuando Santiago habla de ser 'justificados por obras' (2:212:242:25) Él no está hablando de justificación imputada que nos salva eternamente como la usa Pablo (Ro 3:24; 4:5). Esto sería contradictorio en la Biblia. Santiago está hablando de una vindicación delante de los demás. Pablo reconoce este uso de la palabra 'justificación' en Ro 4:2. Existen dos tipos de justificación en la Biblia. Una relacionada con la justicia práctica que nos vindica delante de las personas. La otra relacionada con la justicia judicial que nos vindica delante de Dios. Santiago obviamente usa el sentido práctico porque Abraham fue justificado judicialmente en Gn 15:6 (2:23) antes de que ofreciera a Isaac en Génesis 22 (2:21). Su vindicación delante de los demás se ve cuando ellos le llaman 'amigo de Dios' (2:23). Por lo tanto, la fe de Abraham se hizo 'perfecta' o maduró al ser demostrada (2:22)

En 2:26 Santiago no está diciendo que la fe fortalece las obras, pero que las obras fortalecen la fe. Son las obras que hacen que la fe sea útil, así como el espíritu hace que el cuerpo sea útil. El problema no es si la persona tiene fe o no, sino cómo puede hacer que la fe le aproveche o que le sea útil al Cristiano.

 

Contraste con la enseñanza de Pablo sobre la salvación por la fe aparte de las obras

La enseñanza de Pablo sobre la salvación por la fe aparte de las obras

Esta es tal vez la pregunta más importante en toda la teología cristiana. Esta pregunta es la razón de la Reforma – la división entre la iglesia protestante y la iglesia católica. Esta pregunta es una diferencia clave entre el cristianismo Bíblico y la mayoría de las sectas que profesan ser "cristianas". ¿Es la salvación por fe solamente, o por fe más las obras? ¿Soy salvo solamente creyendo en Jesús, o tengo que creer en Jesús y hacer ciertas cosas?

El asunto de la fe sola o de la fe más obras, se ha hecho difícil a causa de algunos pasajes de la biblia difíciles de conciliar. Compare Romanos 3:28, 5:1 y Gálatas 3:24 con Santiago 2:24. Algunos ven una diferencia entre Pablo (la salvación es por fe solamente) y Santiago (la salvación es por fe más obras). Pablo dogmáticamente dice que la justificación es por fe solamente (Efesios 2:8-9), mientras que Santiago parece estar diciendo que la justificación es por fe más obras. Este aparente problema se resuelve al examinar correctamente lo que Santiago estaba hablando. Santiago está refutando la creencia de que una persona pueda tener fe sin producir ninguna buena obra (Santiago 2:17-18). Santiago enfatiza el punto de que la fe genuina en Cristo va a producir una vida cambiada y buenas obras (Santiago 2:20-26). Santiago no está diciendo que la justificación es por fe más obras, sino que más bien una persona verdaderamente justificada por fe, va a tener buenas obras en su vida. Si una persona afirma ser un creyente, pero no tiene buenas obras en su vida – entonces es probable que no tenga una fe genuina en Cristo (Santiago 2:14, 17, 20, 26).

Pablo dice lo mismo en sus escritos. Los buenos frutos que los creyentes deberían tener en su vida, se mencionan en Gálatas 5:22-23. Inmediatamente después de decirnos que somos salvos por fe y no por obras (Efesios 2:8-9), Pablo nos informa que fuimos creados para hacer buenas obras (Efesios 2:10). Tanto Pablo como Santiago esperan una vida cambiada, "¡De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas!" (2ª Corintios 5:17). Santiago y Pablo no discrepan en su enseñanza sobre la salvación. Ellos se acercan al mismo asunto desde diferentes perspectivas. Pablo simplemente enfatizó que la justificación es solamente por fe, mientras Santiago pone énfasis en el hecho de que la fe en Cristo produce buenas obras.

 

¿Contradice Santiago a Pablo?

¿De qué sirve, hermanos míos, si alguno dice que tiene fe, pero no tiene obras? ¿Acaso puede esa fe salvarle? Si un hermano o una hermana no tienen ropa y carecen del sustento diario, y uno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais lo necesario para su cuerpo, ¿de qué sirve? Así también la fe por sí misma, si no tiene obras, está muerta. Pero alguno dirá: Tú tienes fe y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin las obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. Tú crees que Dios es uno. Haces bien; también los demonios creen, y tiemblan. Pero, ¿estás dispuesto a admitir, oh hombre vano, que la fe sin obras es estéril? ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre cuando ofreció a Isaac su hijo sobre el altar? Ya ves que la fe actuaba juntamente con sus obras, y como resultado de las obras, la fe fue perfeccionada; y se cumplió la Escritura que dice: Y Abraham creyo a Dios y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios. Vosotros veis que el hombre es justificado por las obras y no sólo por la fe. Y de la misma manera, ¿no fue la ramera Rahab también justificada por las obras cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino? Porque así como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin las obras está muerta

Romanos 3:27-4:5

¿Dónde está, pues, la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿La de las obras? No, sino por la ley de la fe. Porque concluimos que el hombre es justificado por la fe aparte de las obras de la ley. ¿O es Dios el Dios de los judíos solamente? ¿No es también el Dios de los gentiles? Sí, también de los gentiles, porque en verdad Dios es uno, el cual justificará en virtud de la fe a los circuncisos y por medio de la fe a los incircuncisos. ¿Anulamos entonces la ley por medio de la fe? ¡De ningún modo! Al contrario, confirmamos la ley. ¿Qué diremos, entonces, que halló Abraham, nuestro padre según la carne? Porque si Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué jactarse, pero no para con Dios. Porque ¿qué dice la Escritura? Y creyo Abraham a Dios, y le fue contado por justicia. Ahora bien, al que trabaja, el salario no se le cuenta como favor, sino como deuda; mas al que no trabaja, pero cree en aquel que justifica al impío, su fe se le cuenta por justicia

 

Una contradicción aparente entre Pablo y Santiago

Toda esa introducción es simplemente para preparar el terreno a la aparente contradicción existente entre Pablo y Santiago sobre la doctrina de la justificación por fe.

La semana pasada expuse los argumentos de Romanos 4:1-5 para la verdad de que somos justificados sólo por fe, y no por obras. Ya lo puedes ver, por ejemplo, en Romanos 3:28: “concluimos que el hombre es justificado por la fe aparte de las obras de la ley”; y más específicamente en Romanos 4:5: “mas al que no trabaja, pero cree en aquel que justifica al impío, su fe se le cuenta por justicia”. De modo que el veredicto de Dios de no culpable y la imputación de su propia justicia a nosotros, en Cristo Jesús, en el comienzo de nuestra vida cristiana, es sólo por fe, sin nada más que nos recomiende a Dios. Confiamos en su gracia gratuita para que nos perdone y nos absuelva, y nos considere como justos debido a la obra de Cristo. Así es como comenzamos en la vida cristiana -justificados sólo por fe.

Ahora, ustedes han escuchado los versículos de Santiago que parecen contradecir esto. Veámoslo de nuevo. Santiago 2:21, “¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre cuando ofreció a Isaac su hijo sobre el altar?”. Y Santiago 2:24, “Vosotros veis que el hombre es justificado por las obras y no sólo por la fe”. De modo que pueden ver que Santiago no solo dice que una persona es justificada por las obras, sino que también niega que la justificación sea sólo mediante la fe. Al menos utiliza palabras que, enfrentándolas aisladas, parecen significar algo muy diferente a lo que dice Pablo.

 

La palabra de Dios no se contradice a sí misma

Nosotros creemos que la Biblia está inspirada por Dios (2da a Timoteo 3:16). Es la mismísima palabra de Dios, escrita. Por tanto, creemos que la Biblia es verdadera y coherente, no nos enseña cosas que sean falsas, no se contradice a sí misma. Creemos esto porque el propio Jesucristo se ha hecho real para nosotros y ha demostrado ser el fidedigno Hijo de Dios. Él nos ha enseñado que las Escrituras no pueden ser quebrantadas (Juan 19:35). Él nombró apóstoles para que enseñaran a la iglesia, y prometió guiarlos a toda la verdad (Juan 16:13). Él nos ha dado su Espíritu para que sean abiertos nuestros ojos y veamos la realidad por lo que es (1ra a los Corintios 2:14-15). Así, nosotros hemos venido a recibir su Palabra como la mismísima Palabra de Dios (1 Tesalonicenses 2:13), libre de error y contradicción, porque Dios es verdadero y no un Dios de confusión.

 

Santiago está escrito para motivar a los cristianos a hacer buenas obras las cuales van a hacer que su fe madure y que les aproveche a ellos y a otros.

 

No hay contradicción entre Santiago y Pablo. Cuando Pablo habla de justificación sólo por medio de la fe, él está hablando de la justicia judicial delante de Dios. Cuando Santiago está hablando de la justificación por la fe con obras, él está hablando de una justificación práctica que se demuestra delante de otras personas. En Ro 3-5, Pablo está explicando cómo obtener una nueva vida en Cristo. En Santiago, él está explicando cómo hacer que se aproveche esa nueva vida.

 

Si este pasaje se toma como para demostrar una salvación 'real' a través de las obras, entonces inevitablemente las obras se convierten en algo necesario para la salvación - una total contradicción con Ef 2:8-9. También, no existe ninguna mención de un criterio de exactamente qué tipo o cuántas obras verifican la salvación. Esto abre la puerta al subjetivismo y mina la base objetiva de la garantía - la promesa de la Palabra de Dios de que todo el cree en la obra de Cristo va a ser salvo.


Conclusión

En resumen, la fe y las obras están estrechamente relacionadas en la salvación. La fe es la base de la salvación, y las obras son la evidencia de una fe genuina. Al entender y aplicar esta relación, los creyentes pueden vivir una vida que honra a Dios y refleja su fe de manera auténtica.

El Pecado Celestial y Terrenal: Un Análisis Bíblico




Introducción

El pecado es un tema fundamental en la teología cristiana, y se puede clasificar en dos categorías: celestial y terrenal. El pecado celestial se refiere a la rebelión de los ángeles y la caída de Lucifer, mientras que el pecado terrenal se refiere a la desobediencia de la humanidad a Dios. En este artículo, exploraremos la naturaleza del pecado celestial y terrenal y su impacto en la creación.

EL PECADO CELESTIAL Y TERRENAL

El pecado es la transgresión de los preceptos establecidos por Dios;  el pecado surgió en el cielo con la rebelión de Lucifer y los ángeles  que se pusieron a favor de este; este acontecimiento probablemente surgió poco después de la creación del hombre en la tierra ya que Lucifer o Satanás fue lanzado juntamente con sus seguidores a la tierra y en donde hizo que el hombre transgrediera los preceptos establecidos en la tierra. En el siguiente estudio se presentan los comienzos del pecado celestial y terrenal.



Los Comienzos del Pecado Celestial

El pecado nació en aquel que, después de Cristo, había sido el más honrado por Dios y el más exaltado en honor y en gloria entre los habitantes del cielo. Antes de su caída, Lucifer era el primero de los querubines que cubrían el propiciatorio santo y sin mácula.

Satanás cayó por su orgullo. Él deseaba ser Dios, no un siervo de Dios. Nótense las muchas declaraciones referentes al “yo” que se mencionan en Isaías 14:12-15Ezequiel 28:12-15 describe a Satanás como un ángel increíblemente bello. Parece ser que Satanás era el más alto de los ángeles, la más hermosa de todas las creaciones de Dios, pero él no estuvo contento con su posición. En lugar de ello, Satanás deseaba ser Dios, para esencialmente “quitar a Dios de Su trono” y tomar el control del universo.

Satanás quería ser Dios, y resulta muy interesante ver que fue precisamente eso, con lo que Satanás tentó a Adán y Eva en el jardín del Edén (Génesis 3:1-5). ¿Cómo cayó Satanás del cielo? En realidad, una caída no es una descripción exacta. Sería mucho más preciso decir que Dios echó a Satanás fuera del Cielo (Isaías 14:15Ezequiel 28:16-17).

Rebelión dirigida por Satanás  Apocalipsis 12:7-9

¡Guerra en el cielo! Toda la paz y la armonía desaparecieron. Ciertamente tuvo que ser muy desagradable. Si Dios hubiera permitido que Satanás y los ángeles que simpatizaban con él continuaran su rebelión, no habría sido posible la paz otra vez, no sólo en el cielo, sino en todo el universo. En estas condiciones Dios pudo haber eliminado a Satanás y a los ángeles que le apoyaron, en un momento. Si hubiera hecho esto, el resto de ángeles y habitantes de otros planetas hubieran servido y obedecido por miedo, hubieran temido por su vida si no obedecían. Dios quiere nuestra obediencia y cooperación porque le amamos.

Por esta razón permitió que el pecado corriera su curso, y demostrar al universo las consecuencias de la rebelión y desobediencia, y de la misma manera demostrar el carácter inmutable de Dios y su naturaleza de amor.

La caída de Satanás del cielo

Lucifer era el nombre de Satanás antes de que se revelara. Poco a poco comenzó a tener deseos de grandeza.
A pesar de que toda su gloria la recibía de Dios, este poderoso ángel comenzó a darse crédito a sí mismo por ello. No contento con su posición, siendo probablemente el más alto en todo el cielo, después de Dios, pronto comenzó desear que se le rindiera homenaje, que sólo le corresponde al creador. El alto honor que Dios le había conferido ya no fue apreciado. Empezó a gloriarse por su brillo y belleza, y aspiró a ser tan importante como Dios mismo.

Lucifer fue tan audaz que retó al mismo gobierno de Dios, haciendo acusaciones sobre el carácter y los motivos de Dios. En efecto, estaba planeando tomar posesión de las riendas del universo, y usurpar los poderes del Dios todo poderoso.

La caída de Satanás del cielo está descrita en Isaías 14:12-14 y Ezequiel 28:12-18. Mientras que estos dos pasajes se refieren específicamente al rey de Babilonia y al rey de Tiro, ellos también se refieren al poder espiritual que estaba detrás de esos reyes – Satanás. Respecto a cuándo fue la caída de Satanás, estos pasajes describen por qué cayó, pero no dicen específicamente cuándo ocurrió esa caída. Lo que sí sabemos es esto: Los ángeles fueron creados antes que la tierra (Job 38:4-7). Satanás cayó antes de tentar a Adán y Eva en el jardín del Edén (Génesis 3:1-14). Por lo tanto, la caída de Satanás debió haber ocurrido en algún tiempo después de que los ángeles fueron creados y antes de que él tentara a Adán y Eva en el Edén. Ya fuera que la caída de Satanás ocurriera pocos minutos, horas o días antes de que tentara a Adán y Eva en el jardín, la Escritura no lo dice específicamente.

El libro de Job nos dice que al menos por un tiempo, Satanás aún tenía acceso al Cielo y al trono de Dios. “Un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios, entre los cuales vino también Satanás. Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? Respondiendo Satanás a Jehová, dijo; De rodear la tierra y de andar por ella.” (Job1:6-7). Aparentemente en ese tiempo, Satanás aún se movía libremente entre el cielo y la tierra, hablando directamente con Dios y respondiendo por sus actividades. Se desconoce en qué momento Dios suspendió este acceso.


Los Comienzos del Pecado  Terrenal
Satanás Después de ser expulsado del cielo, Génesis 3:1, 6 

Después de esto, ya no podía seguir su rebelión en el cielo, y en el odio que sentía contra de Dios, buscó un nuevo campo de operaciones para conseguir la ruina de la raza humana. Dios creyó oportuno poner una prohibición a Adán y Eva, como una prueba de su lealtad y obediencia.
Satán esperó a tener una oportunidad para plantar en sus mentes semillas de dudas acerca del creador. Satán no había hecho nada a favor de su bienestar y felicidad, mientras Dios les había dado todo lo que era bueno para comer, y agradable de mirar. Adán y Eva escogieron creer las palabras de la serpiente, en vez de la voz del Creador.

Todo en el ambiente era bello y abundante; en medio de la abundancia comenzaron a pensar que Dios se reservaba algo que no quería compartir. En la historia de cómo Adán y Eva fueron seducidos para cambiar su lealtad de su Creador y pasarla al lado del enemigo, algunos de los métodos de Satanás son desenmascarados.
Él nunca trabaja abiertamente, usó una serpiente para engañar a Eva, y a través de ella alcanzó a Adán. La ansiedad y el trabajo iban a ser su nuevo estado. Ahora van a experimentar desengaños, penas, tristezas, y finalmente la muerte.

El relato del origen del pecado en el mundo se encuentra en Génesis 3.1–8. Antes de que el pecado entrara en el mundo el hombre era puro y santo, vivía una vida muy feliz y estaba contento con todo. Él llevaba la imagen de su Creador; no sabía nada de la culpa ni de la muerte. El hombre estaba libre de toda condenación y gozaba de comunión con Dios. Pero después que Satanás engañó a Eva apareció entonces la primera transgresión del hombre, como dice en Romanos 5.12: “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron”.

La naturaleza del hombre fue cambiada. En vez de ser “bueno en gran manera” (Génesis 1.31) como lo hizo Dios, ahora Dios tuvo que decir del hombre: “Todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3.23).


El pecado en el Hombre

Adán es, asimismo, el arquetipo de todos los pecadores. Lo es por los móviles que lo llevaron a pecar, por su conducta en condición de pecador y también por la imposibilidad de hallar una solución después de la caída.

El pensamiento decisivo de transgredir un límite dado por Dios está contenido en la tentación: “[...] seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal" (Gn. 3:5). No querer tener a un Dios por encima de uno, sino ser uno mismo (un) Dios, no respetar más los mandamientos de Dios, sino hacer lo que apetece la propia voluntad y lo que se tiene ganas, son móviles de conductas pecaminosas.
La pecaminosidad de todos los hombres es presentada en el Génesis con un crecimiento vertiginoso de los pecados en el género humano: Caín, contrariando el consejo y la exhortación de Dios, se levanta contra su hermano y lo mata (Gn. 4:6-8). Más y más van aumentando con el paso del tiempo los pecados de los hombres, clamando al cielo, y Dios responde a ello con el diluvio (Gn. 6:5-7 y 17). Incluso después de ese juicio divino, la humanidad sigue en desobediencia y osadía frente a su Creador. A modo de ejemplo, la Biblia informa sobre las maquinaciones de quienes construyeron la torre de Babel (Gn. 11:1-8), a los que Dios hizo fracasar en su ambición desmedida.

El Apóstol Pablo escribe sobre este fenómeno de la pecaminosidad de todos los hombres después de la caída en el pecado y de la muerte espiritual que resultó de ella: “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron" (Ro. 5:12).

La caída en el pecado trajo aparejados cambios en la vida de los hombres, cambios que ellos no pueden volver atrás. El miedo los distancia de su Creador, cuya proximidad ya no buscan, sino que se quieren esconder de Él (Gn. 3:8-10). Esto también trae perjuicios en la relación de los hombres entre sí (Gn. 3:12), así como en la relación de los hombres con la creación. A partir de ese momento el hombre conserva la vida penosamente, y al final quien fue tomado de la tierra volverá al polvo (Gn. 3:16-19).
El hombre ya no puede regresar a la condición de no tener pecados.


El pecado de Adán y los pecados nuestros

Ser un pecador no depende de la clase o el tamaño de los pecados cometidos. Un hombre roba una manzana y otro hombre roba mil dólares. Delante de Dios los dos son culpables. No por robar una cosa grande o pequeña, sino por robar. Cuando Dios nos dice una cosa y hacemos otra, lo que nos aparta de Dios es el hecho que fuimos desobedientes. No nos engañemos, pues, pensando que los pecados nuestros no son tan malos como los de otras personas. Por tanto, aunque nuestro pecado parezca muy pequeño será suficiente para apartarnos de nuestro Dios. El pecado de Adán y Eva cuando comieron del fruto prohibido no parece importante en comparación con los pecados y crímenes graves que se cometen en la actualidad. Sin embargo, su pecado bastó para separarlos de Dios y traer sobre ellos y sobre su descendencia la condenación de muerte.

Un solo pecado destruyó la pureza, perfección, santidad y la vida del hombre. Este pecado no consistió solamente en extender la mano y tomar el fruto del árbol prohibido; tomar el fruto fue sólo el resultado del hecho de dejar a Dios y seguir a Satanás. El pecado, por lo tanto, fue la condición del alma y no sólo la acción de la mano que cogió el fruto. El hombre perdió su relación con Dios y por eso llegó a ser pecaminoso. Del pecado de Adán recibimos la corrupción de la naturaleza humana, la mortalidad y la separación de Dios. Esta condición se ha trasmitido de generación en generación y conduce a cada persona al pecado propio. Solamente la sangre de Jesucristo puede quitar esta mancha. (Lea Salmo 51.5; Hechos 17.26; Romanos 3.9–23; 5.12–19; 2 Corintios 5.14 y Efesios 2.3.)
Como resultado de la caída del hombre, ¿qué reclama Satanás como suyo? Lucas 4:5, 6 

El mismo Dios había asignado a Adán el ser el gobernador de este mundo, y ser su rey (Génesis 1:28). Tan pronto como Adán fue vencido, el dominio de este planeta fue reclamado por el Engañador. Lea acerca del concilio que se hizo en los cielos, donde Satanás reclamó el estar encargado de este mundo (Job 1:6-8). Los hijos de Dios mencionados aquí debían ser los representantes de otros mundos habitados. Adán también fue nombrado un hijo de Dios (Lucas 3:38). Si él hubiera permanecido leal, sin duda hubiera representado a este planeta en los concilios del cielo. Pero cuando dio su lealtad a Satanás, perdió su reinado.

 

Victoria Sobre el Pecado

La victoria está en Cristo Jesús. Él nos ha liberado de la condenación de la ley porque Jesús cumplió la ley. El castigo por el pecado ha sido pagado en su totalidad. Él también nos ha dado un nacimiento espiritual. Nosotros hemos  nacido espiritualmente. Ahora vivimos la vida nueva en Cristo a través del poder de la presencia de la morada del Espíritu Santo. "Si somos guiados por el Espíritu" "somos los hijos de Dios" (8:14). Si nosotros no estamos viviendo por el Espíritu nosotros no somos cristianos.
La mayor prueba de que somos verdaderos creyentes es que estamos viviendo bajo el control del Espíritu Santo.

La Palabra de Dios nos da la promesa de la garantía de la victoria final sobre el poder y la presencia del pecado en la vida del cristiano. El inevitable triunfo vendrá a través de la gracia de Dios. Porque Dios nos ha salvado de la pena del pecado, y nos salva del poder del pecado, Él nos dará la victoria final sobre la presencia del pecado cuando Cristo regrese.

Lo que Pablo dice en romanos siete conduce correctamente a  romanos ocho. Ambos capítulos son retratos del cristiano maduro ya que él pelea la guerra espiritual. Ningún cristiano está completamente sin pecado. Nosotros todavía somos pecadores. El creyente nacido de nuevo todavía tiene que contar con la carne. Sin embargo, nosotros estamos seguros de nuestra victoria en Cristo. Nosotros recibiremos la perfecta liberación de la presencia del pecado cuando Él nos presente completos en Él al Padre. Se trata de una futura liberación cuando Él nos da nuestros cuerpos resucitados glorificados (1 Cor. 15:50-58).
¡Dios me rescatará a través de Jesucristo! Hasta el día de la liberación final, luchemos la buena pelea. El resultado final de la guerra espiritual es seguro. Cristo tiene y triunfará y nosotros también, lo haremos con Él.


Satanás, el pecado y la muerte son finalmente eliminados
Satanás es atado por mil años.

 El ángel que subyugará a Satanás es anónimo. No es Jesús mismo, ni  tampoco Miguel o Gabriel, o algún otro ángel de alto rango.
 “La importancia final de Satanás es quizás indicado en el hecho de que no es el Padre que lidia con él, tampoco es Cristo, sino un ángel sin nombre.” (Morris)
Satanás intento apresar a Jesús en la tumba, pero no pudo. Aquí Dios no tiene ningún problema para atar a Satanás, y este encarcelamiento no es para castigo, sino restringirle. Y esto implica que sus hordas demoniacas también están presas.

Por los mil años del reinado directo de Jesús sobre esta tierra Satanás estaba atado e inactivo. Pero después de que terminen los mil años, él será liberado y organizará exitosamente a muchos de la tierra en otra rebelión en contra de Dios.

Después de esta batalla abortada, Satanás es juzgado y atormentado por siempre – junto con la bestia y el falso profeta, quienes fueron echados al lago del fuego al inicio de los mil años (Apocalipsis 19:20).

La presencia de la bestia y del falso profeta en el lago de fuego después de los mil años, argumenta en contra de la aniquilación total. En el castigo eterno, mil años es únicamente el comienzo. Nunca se acaba. El comentarista John Trapp pensó que este aspecto del infierno es tan terrible que él lo llamó: “otro infierno en medio del infierno.”

Satanás fue un ángel de luz cuyo nombre es Lucifer, él tenía grandes atribuciones en el cielo pero se llenó de orgullo un día dando así surgió el pecado celestial ya que se rebeló contra  Dios, pues este quería ocupar el lugar de Dios, en si satanás quiso ser un Dios.

Después de la rebelión de Lucifer (Satanás) este fue lanzado desde el cielo y cayó en tierra en donde con su astucia y con el fin de conseguir su propósito hace que el hombre desobedezca a Dios dando así el surgimiento al pecado terrenal.

Lucifer o Satanás con el fin de conseguir su propósito no solo se llevó a miles de ángeles si no que hizo que la humanidad se separara de Dios y es así como surgen pactos entre Dios y la humanidad con el fin de que esta sea salva y no tenga el final que tendrá satanás;  desafortunadamente muchas personas al   igual que los ángeles siguen y seguirán a satanás hasta el final y solo aquellos que acepten los preceptos de Dios podrán ser salvos.

Conclusión

En resumen, el pecado celestial y terrenal tienen consecuencias profundas en la creación y en la relación entre Dios y la humanidad. Al entender la naturaleza del pecado y su impacto, podemos apreciar la importancia de la salvación y la redención ofrecida por Dios a través de Jesucristo.



Escapa por tu Vida: Un Llamado a la Salvación


Introducción

La Biblia nos enseña que la vida es un viaje espiritual en el que debemos estar preparados para enfrentar desafíos y peligros. En el libro de Génesis, Lot recibe un llamado de Dios para escapar de Sodoma antes de su destrucción. Este llamado es un ejemplo de la urgencia de escapar del pecado y de la condenación. En este artículo, exploraremos el tema de "Escapa por tu vida" y su relevancia en la vida cristiana.

Escapa por tu vida

Escapar = Librar a alguien de un peligro. Diccionario de la Lengua Española

Génesis 18:20-21; 19:15-22
Lot vivía en Sodoma una de las ciudades que ya había sido condenada a muerte juntamente con Gomorra ciudades que estaban totalmente hundidas en delitos y pecados; Lot quien fue primo de Abraham se encontró atrapado en medio de uno de estos pueblos (Sodoma) el cual estaba  sumergido en tanta maldad, él fue el único que no se contaminó y fue salvo de aquel juicio.

Imaginemos que vivimos en la parte baja de una gran montaña y que antes existía un lago y que esta montaña absorbió el agua hace cientos de años; y que en un tiempo el agua que oculta esta montaña podría volver a formar el lago que existió en ese entonces; imaginemos el origen de esta teoría de que desde la parte alta de la montaña se puede apreciar el panorama como un lago.

¿Quién escaparía del lugar donde vide?

Imaginemos que vinieran geólogos de países desarrollados norteamericanos o europeos a notificarnos que escapemos porque la montaña está próxima a colapsar y que este colapso alcanzaría parte de otros estados. Muchos obedecerían a la notificación aunque seguramente también muchas personas no obedecerían esta notificación de salvarse de quedar molidos por las rocas de esta gran montaña y quedar enterrados y con miles de metros encima de agua. Como le paso a la mujer de Lot quien por no obedecer se convirtió en estatua de sal. Génesis 19:26

Lot Escapa por su Vida
Génesis 19: 15-22
Lot obedeció a los ángeles quienes  le  llevaban de parte de Dios la noticia de que podía escapar de aquel lugar y salvar su vida; pues recordemos que Sodoma estaba a punto de ser juzgada por el gran poder de Jehová.
Lot no lo pensó dos veces y escapo por su vida pues no quiso morir juntamente con los habitantes de aquella ciudad.
Como Lot que obedeció a los ángeles muchos obedeceríamos a los geólogos y nos pondríamos a salvo en cualquier otro departamento o estado  de  nuestro querido país o incluso escaparíamos a otros países del continente o de otro continente.


El juicio de Sodoma y Gomorra
Génesis 19:24
Cuando Lot fue puesto a salvo entonces Jehová hizo llover del cielo sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego y las ciudades fueron destruidas juntamente con sus moradores (personas y animales)  las llanuras y el fruto de aquellas tierras.
Pero Lot obedeció, escapo y fue salvo y no fue destruido juntamente con las ciudades pecaminosas de aquel entonces.
Las personas que quedaran en las comunidades afectadas morirían al igual que los animales, los frutos de la tierra se quedarían sepultados también bajo rocas con lodo y agua y todo quedaría como si nunca hubiese habido ciudades por toda una buena parte de nuestro país.
El mundo vive la misma situación que vivió Lot y el  juicio de Dios está próximo a derramarse, pero de la manera que ángeles descendieron del cielo para salvar a Lot, Dios envió a  Jesucristo quien descendió del cielo para salvarnos de la condenación que está decretada sobre este mundo.
Jesucristo nos dice que escapemos por nuestras vidas y nos pongamos a salvo.

Escapa por tu vida
Romanos 3:23 Juan 3:17,18
Dice la palabra del Señor que "Por cuanto todos pecamos estamos  destituidos de la Gloria de Dios," (Es decir que estamos condenados a juicio al igual que las ciudades de Sodoma y Gomorra pero aún podemos escapar de ese juicio)
Y también nos dice la palabra de Dios que “Dios no envió a su hijo para condenación del mundo si no para salvación y para que todo aquel en que en el crea no sea condenado mas el que no crea ya ha sido condenado  porque no creyó en el nombre del Unigénito hijo de Dios. (Es decir que para escapar del juicio debemos creer en el nombre de nuestro señor Jesucristo.)
1ª.  Juan 1:9
Además de creer en el nombre del Hijo de Dios debemos confesar nuestros pecados  para que nos perdone y de esta manera poder escapar del juicio, pues él es fiel y justo para perdonar.
Dios quiere que escapemos del pecado y vivamos en un lugar que él tiene preparado en el cielo donde moraremos juntamente con Cristo Jesús.


Quien no Escape.
Quienes no escapen del pecado no van a morir molidos por las rocas con lodo y agua si no que el juicio será mucho peor pero estas personas serán condenadas juntamente con el mundo pecaminoso que hoy día existe y ahí si es peor que morir aplastado por esta gran montaña. (Puesto que como dijo alguien una sola vez vamos a morir aquí en el mundo y ya no tendremos más conocimiento de lo que aquí suceda)  pero si no escapamos del pecado entonces ahí si tendremos sufrimiento elevado al 1000% porque Dios pondrá a estas personas en un lugar que es peor que estar calentándose en un horno de cal y se trata del “INFIERNO”.
Apocalipsis 21:8 dice que los temerosos e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros y los idolatras y los mentirosos tendrán su parte en el lago ardiendo con fuego y azufre que será la muerte segunda.
(Las personas que crean a otras cosas como la brujería las supersticiones  y no a Dios, las personas que tienen relaciones sexuales fuera del matrimonio, las que no creen en la palabra de Dios, los que solo viven en una vida de mentira y engaños, los que casados se meten con la pareja de otra persona, los que creen en dioses muertos o que le ponen más interés a lo material que a lo espiritual; estas personas tendrán lugar en el lago de fuego con azufre a lo cual Dios le llama la muerte segunda).

Los que escapen serán Salvos
Las personas que escaparan de este lugar si la montaña colapsara y se ponen a salvo en cualquier parte seguramente tendrían una mejor vida y sin duda alguna mejores oportunidades.
Cuanto más las personas que escapen del pecado Dios no les dará bendiciones en su vida en este mundo y en la vida después de la muerte habrán cosas mucho mejor que las anteriores.
Apocalipsis 3:15 dice el Señor Jesús  que a todo  aquel que  escape  será vestido de vestiduras blancas y que no borrara su nombre del libro de la vida y que confesara el nombre delante de Dios y delante de los ángeles.
Apocalipsis 21:4 dice el Señor que Dios limpiara toda lagrima de los ojos de aquellas personas que escaparon del pecado y que ya no habrá muerte y no habrá más llanto, ni clamor ni dolor porque el peligro a pasado.
Apocalipsis 3:21 dice Jesús que al que escape del pecado, el mismo  dará lugar a que se siente en  su trono celestial juntamente con  él.  
(Entonces para obtener estas bendiciones de parte de nuestro buen Dios debemos entonces creer en Jesucristo de todo corazón y debemos confesar todo cuanto hemos hecho en nuestras vidas para que él nos pueda ayudar a escapar del pecado en que se vive en este mundo).


Jesús te Invita a Escapar  Hoy.
Jesucristo aún está dando la oportunidad de escapar del pecado, él está a la puerta llamando y está esperando que le abras para escuchar la notificación maravillosa que te trae a ti y al  mundo.
Dios ha tenido gran misericordia para con nosotros, porque siendo nosotros aún pecadores permitió que su Hijo Unigénito muriera por nosotros en una cruz.


Conclusión

En resumen, el tema de "Escapa por tu vida" es un llamado a la salvación y a la fe en Dios. Al entender la urgencia de escapar del pecado y de la condenación, podemos tomar medidas para proteger nuestra fe y nuestra relación con Dios.

¡Tú decides! ¿Escapas HOY  o mueres en el JUICIO?

Escapa por tu Vida: Un Llamado a la Decisión


Introducción

En Génesis 19, la historia de Lot y su familia nos enseña la importancia de escapar de la destrucción y de la condenación. En el contexto espiritual, la salvación es un tema fundamental que nos llama a escapar de la condenación eterna y a encontrar refugio en Cristo. En este artículo, exploraremos el significado y la importancia de la salvación.

Contexto 

Hubo un hombre llamado Lot, que se encontró atrapado en medio de un pueblo sumergido en tanta maldad, él fue el único que no se contaminó. Dios declaró juicio sobre ese pueblo, antes del juicio, Dios envió ángeles para salvar a Lot y a su familia de la destrucción. "Y al rayar el alba, los ángeles daban prisa a Lot, diciendo: Levantate, toma o tu mujer, y tus dos hijas que se hallan aquí, para que no perezcas en el castigo de la ciudad. Y cuando los hubieron llevado fuera, dijeron: Escapa por tu vida; no mires tras ti, ni pares en esta llanura; escapa al monte, no seo que perezcas". Génesis 19 : 15,1 7.

El mundo vive la misma situación que vivió Lot.

El juicio de Dios está próximo a derramarse, pero de la manera que ángeles descendieron del cielo para salvar a Lot, el Señor Jesucristo descendió del cielo para salvar al pecador de la condenación que está decretada sobre este mundo.

"Porque no envió Dios a su Hijo para condenar al mundo al mundo"sino para que el mundo sea salvo por El.
El que en El cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado"
Juan 3:17, 18.

Todo ser humano está preocupado por la situación en que se vive en este mundo y del juicio que se aproxima, pero hay un medio de escape, Jesucristo. Toda persona debe arrepentirse de sus pecados y recibirlo a El en su corazón como su Salvador personal. 

Conclusión

En resumen, la salvación es un tema fundamental que nos llama a escapar de la condenación eterna y a encontrar refugio en Cristo. Al creer en Él y en Su sacrificio en la cruz, podemos ser salvos y vivir una vida que le agrade.



¿Iría al Cielo si Muriera Hoy?"


Introducción

La pregunta de si iríamos al cielo si muriéramos hoy es una pregunta importante para todos los creyentes. En la Biblia, se nos enseña que la salvación es un regalo de Dios que se recibe a través de la fe en Jesucristo. En este artículo, exploraremos el significado y la importancia de la salvación y cómo podemos estar seguros de nuestra salvación.


I. Todos Hemos Pecado.

"Como esta escrito: No hay justo, ni aun uno;" Romanos 3:10

"Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la Gloria de Dios," Romanos 3:23


II. La Paga del Pecado es la Muerte y el Infierno.

"Porque la paga del pecado es muerte," Romanos 6:23

"Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda." Apocalipsis 20:14

III. Jesucristo murió para pagar por  Nuestros Pecados.

"Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aun Pecadores, Cristo murió por nosotros." Romanos 5:8

"Mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro." Romanos 6:23

IV. Jesucristo le Invita a ser Salvo Hoy.
"Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, sera salvo." Romanos 10:13
"Que si confesares con tu boca Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levanto de los muertos, seras salvo." Romanos 10:9

Conclusión

En resumen, la salvación es un regalo de Dios que se recibe a través de la fe en Jesucristo. Al entender la importancia de la salvación y cómo podemos recibirla, podemos estar seguros de nuestra salvación y vivir una vida que agrade a Dios.