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La Pureza Divina: Un Reflejo de la Verdad de Dios

 

Introducciòn

La verdad y la pureza son conceptos fundamentales en la Biblia que reflejan la naturaleza de Dios y Su relación con la humanidad. A través de las Escrituras, se nos invita a buscar la verdad divina y a vivir en pureza, reconociendo que estos atributos son esenciales para una vida plena y en comunión con Dios.

1. Dios como la Verdad

En Juan 14:6, Jesús declara:

"Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí."

Este versículo resalta que la verdad no es solo un concepto abstracto, sino una persona: Jesucristo. Él es la revelación perfecta de la verdad divina, y al seguirle, encontramos el camino hacia una relación auténtica con Dios. La verdad de Cristo nos libera de la confusión y el engaño que a menudo nos rodean.

2. La Pureza de Dios

En Salmos 24:3-4, se nos recuerda:

"¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón."

La pureza es un requisito para acercarse a la presencia de Dios. Él es completamente puro y santo, y nos llama a vivir en pureza también. Esta pureza no solo se refiere a la conducta externa, sino también a la condición del corazón. Dios desea que nuestros pensamientos, intenciones y acciones estén alineados con Su naturaleza.

3. La Verdad que Libera

En Juan 8:32, Jesús dice:

"Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres."

La verdad divina tiene el poder de liberarnos de las ataduras del pecado, el miedo y la culpa. Al conocer y aceptar la verdad de Dios, somos transformados y encontramos la verdadera libertad. Esta verdad nos guía hacia una vida de integridad y autenticidad, donde podemos vivir sin temor a la condenación.

4. La Llamada a Vivir en Verdad y Pureza

En Filipenses 4:8, Pablo nos instruye:

"Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre, si hay virtud alguna, si hay algo digno de alabanza, en esto pensad."

Este llamado a la reflexión nos invita a centrar nuestra mente en lo que es verdadero y puro. Vivir en verdad y pureza no solo afecta nuestra relación con Dios, sino también con los demás. Al adoptar estos principios, reflejamos el carácter de Dios en nuestras vidas diarias.

5. Conclusión

La verdad y la pureza son esenciales para nuestra vida espiritual. Al reconocer a Dios como la fuente de toda verdad y pureza, somos llamados a vivir en conformidad con Su naturaleza.

Reflexionemos sobre cómo podemos buscar y abrazar la verdad divina en nuestras vidas, y cómo podemos cultivar un corazón puro que glorifique a Dios. Al hacerlo, no solo experimentamos Su paz y libertad, sino que también nos convertimos en instrumentos de Su verdad en un mundo que anhela autenticidad y luz.


La Importancia de la Santidad en la Vida Cristiana



LA SANTIDAD

Introducción

La santidad es un tema fundamental en la Biblia y en la vida cristiana. Dios nos llama a ser santos y a vivir una vida que le agrade. En este artículo, exploraremos el significado y la importancia de la santidad en la vida cristiana.

(1ª. Ped. 1:15-16; Heb. 12:14)
Como creyentes en general debemos ser santos porque quien nos llamo es santo y además sin la santidad nadie vera  al Señor.
La palabra Santidad cuenta con varios sinónimos entre los cuales se pueden mencionar  a la santificación, la santidad, santo y consagración palabras que son relacionadas con la Santidad.

Como creyentes debemos conocer los aspectos importantes de la Santidad en nuestras vidas.

ASPECTOS DE LA SANTIDAD
La santidad cuenta con 5 aspectos importantes dentro de los cuales están:
1.      Separación:
2.      Dedicación:
3.      Purificación: (Heb. 10:10; 1ª. Co. 6:11; 2ª. Co. 7:1)
Consagración: (1ª. Ped. 1:15)
1.      Servicio: (Is. 6:1-8) (Hech. 27:23)

Como creyentes debemos saber que la Santidad se obtiene en  faces llamadas tiempos.

EL TIEMPO DE LA SANTIDAD
Los 3 tiempos de la Santidad son:
1.      Inmediata: (1ª. Co. 6:10-11)
2.      Progresiva: (2ª. Co. 7:1-2; Heb. 12:14)
3.      Completa: (1ª. Tes. 5:23; 1ª. Juan 3:2)

CONCLUSIÓN
Como creyentes debemos tener los aspectos de la Santidad en nuestras vidas y a la ves debemos ir perfeccionando nuestra santidad hasta lograr que sea completa. 
La santidad es un llamado a vivir una vida que agrade a Dios y que refleje Su carácter y naturaleza. Al buscar la santidad y la pureza, podemos experimentar la intimidad con Dios y vivir una vida que sea un testimonio de Su amor y poder.

El Juicio de los Creyentes: Un Recordatorio de la Justicia de Dios


Introducción

En la Biblia, se nos enseña que todos los creyentes serán juzgados por sus obras y su fidelidad a Dios. En 2 Corintios 5:10, se dice que todos debemos comparecer ante el tribunal de Cristo para recibir lo que hayamos hecho en el cuerpo. En este artículo, exploraremos el significado y la importancia del juicio de los creyentes.


2ª. Co 5:10 Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o malo.

1ª. Tim 6:13, 1ª. Cor 6:9-11, Galatas 5:16-25, Col 3:1-10

La Biblia enseña que algún día los creyentes tendrán que rendir cuentas “ante el tribunal de Cristo”. Con respecto al juicio de los creyentes, se debe tener presente lo siguiente:

1)  A todo creyente se le someterá a juicio; no habrá excepción alguna.

(Ro 14:12; 1ª Co 3:12-15; 2ª Co 5:10; Ec 12:14).

2) Ese juicio ocurrirá cuando Cristo venga por su iglesia
(Jn 14:3; 1ª Ts 4:14-17).

3) El juez es Cristo
(Jn 5:22; 2ª Ti 4:8).

4) La Biblia habla del juicio del creyente como algo serio y solemne, sobre todo en vista de que incluye la posibilidad de daño o “pérdida” (1ª Co 3:15: 2ª Jn 8), de ser avergonzado delante de Él “en su venida” (1ª Jn 2:28) y de que se queme la obra de toda la vida (1ª Co 3:13-15). Sin embargo, en el juicio del creyente Dios no dicta una sentencia condenatoria.

5) Todo se pondrá de manifiesto. El verbo “comparecer” 
(gr. Faneroo, 2ª Co 5:10) significa: “ser revelado abierta o públicamente”. Dios examinará y sacará a la luz, en su verdadera realidad:
     (a) Los actos secretos (Mr 4:22; Ro 2:16)
     (b)El carácter (Ro 2:5-11),
     (c) Las palabras (Mt 12:36-37)
     (d) Las buenas acciones (Ef 6-8)
     (e) Las actitudes (Mt 5:22)
     (f) Los motivos (1ª Co 4:5)
     (g) La falta de amor (Col 3:18─4:1)
     (h) La obra y el servicio de los creyentes (1ª Co 3:13).

6) En resumen, los creyentes tendrán que dar cuenta de su fidelidad o infidelidad a Dios
(Mt 25:21,23; 1ª Co 4:2-5) y de sus acciones a la luz de la gracia, la oportunidad y la comprensión que se les haya dado (Lc 12:48: Jn 5:24; Ro 8:11).


8) Los resultados específicos del juicio del creyente serán diversos. Habrá confianza o vergüenza
 (1ª Jn 2:28), aprobación divina (Mt 25:21), tareas y autoridad (Mt 25:14-30), posición (Mt 5:19; 19:30), recompensas (1ª Co 3:12-24; Fil 3:14; 2ªTi 4:8) y honor (Ro 2:10; cf. 1ª P 1:7). 

10) El juicio inminente de los creyentes debe perfeccionar en ellos el temor del Señor 
(2ª Co 5:11; Fil 2:12; 1ª P 1:17) y hacer que tengan la mente despejada y dominio propio, que velen y oren (1ª P 4:5,7), que lleven una vida santa y piadosa (2ª P 3:11), y que sean compasivos y bondadosos con todos (Mt 5:7; cf. 2ª Ti 1:16-18). 

11) Los resultados específicos del juicio del creyente serán diversos. Habrá confianza o vergüenza (1ª Jn 2:28), aprobación divina (Mt 25:21), tareas y autoridad (Mt 25:14-30), posición (Mt 5:19; 19:30), recompensas (1ª Co 3:12-24; Fil 3:14; 2ªTi 4:8) y honor (Ro 2:10; cf. 1ª P 1:7). 

12) El juicio inminente de los creyentes debe perfeccionar en ellos el temor del Señor 
(2ª Co 5:11; Fil 2:12; 1ª P 1:17) y hacer que tengan la mente despejada y dominio propio, que velen y oren (1ª P 4:5,7), que lleven una vida santa y piadosa (2ª P 3:11), y que sean compasivos y bondadosos con todos (Mt 5:7; cf. 2ª Ti 1:16-18). 

13) El juicio inminente de los creyentes debe perfeccionar en ellos el temor del Señor 
(2ª Co 5:11; Fil 2:12; 1ª P 1:17) y hacer que tengan la mente despejada y dominio propio, que velen y oren (1ª P 4:5,7), que lleven una vida santa y piadosa (2ª P 3:11), y que sean compasivos y bondadosos con todos (Mt 5:7; cf. 2ª Ti 1:16-18). 

14) El juicio inminente de los creyentes debe perfeccionar en ellos el temor del Señor 
(2ª Co 5:11; Fil 2:12; 1ª P 1:17) y hacer que tengan la mente despejada y dominio propio, que velen y oren (1ª P 4:5,7), que lleven una vida santa y piadosa (2ª P 3:11), y que sean compasivos y bondadosos con todos (Mt 5:7; cf. 2ª Ti 1:16-18). 

15) Las malas acciones del creyente, cuando se ha arrepentido de ellas, son perdonadas con respecto al castigo eterno 
(Ro 8:1), pero todavía se toman en cuenta al ser juzgadas para recompensa: “Mas el que hace justicia, recibirá la injusticia que hiciere” 
(Col 3:25; cf. Ec 12:14; 1ª Co 3:5; 2ª Co 5:10). Dios recuerda y recompensa las buenas acciones y el amor del creyente (Heb 6:10): “Sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése recibirá del Señor” (Ef 6:8).

Conclusión

En resumen, el juicio de los creyentes es un tema importante que nos llama a vivir una vida de santidad y fidelidad a Dios. Al entender que seremos juzgados por nuestras obras, podemos vivir de manera que agrade a Dios y recibamos recompensa por nuestra fidelidad.